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domingo, 12 de julio de 2015

LINA ODENA, La Voz Silenciada

El próximo mes de septiembre, el día 14, se cumplirán 79 años de la muerte de Lina (Paulina) Odena. Por ello, y siguiendo el principio básico que rige este blog -que no es otro que dar a conocer a las mujeres que fueron (y son), de una u otra manera, protagonistas de nuestra historia-, quiero rescatarla para nuestra memoria histórica colectiva. 

Paulina (Lina) Odena García nació en Barcelona el 22 de enero de 1911. Sus padres, José y Mª Dolores, eran dos modestos industriales que regentaban una sastrería en el Pasaje Lluis Pellicer s/n, sito en el barcelonés barrio del Eixample. Lina, todavía una adolescente, ayudó en el negocio familiar: primero como aprendiza y más tarde como sastresa. 

Ingresó muy joven en el PCE (Partido Comunista de España), tras romper con su familia de la que se emancipó, siendo enviada a la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) en julio de 1931 junto con otros varios jóvenes catalanes, en una estancia que duraría 14 meses, pasando allí a cursar estudios en la Escuela Marxista-Leninista de Moscú, escuela donde se formaban los cuadros y donde coincidió con Jesús Hernández, futuro miembro del Buró Político del PCE o con Enrique Lister Forján y Juan Guilloto León, más conocido por Modesto.

A su regreso a España, pasó a formar parte de las Juventudes Comunistas de Cataluña del recién creado Partido Comunista de Cataluña (PCC), dirigido en aquel entonces por Ramón Casanellas. A la caída de Bullejos, secretario general del PCE, y con él, Etelvino Vega, secretario general de la Federación Nacional de Juventudes, al celebrarse el III Congreso de las UJC, Lina pasó primero a formar parte del Buró Nacional del PCE como delegada para Cataluña; y más tarde, en febrero de 1933, sería nombrada secretaria general de las Juventudes Comunistas de Cataluña, pasando también a ser candidata al Parlamento de la República aquel mismo año.

Un año más tarde, en julio de 1934, Lina Odena participará en el I Congreso en España de la Asociación de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, que se trata de una Asociación de carácter internacional con la finalidad de agrupar a las mujeres de forma unitaria contra el fascismo y los planes de guerra de Alemania e Italia. Este Congreso, celebrado en Madrid, contará con la presencia de 78 delegadas de los Partidos Republicano, Comunista, Socialista y compañeras sin afiliación política. Como resultado del mismo, quedará constituido el Comité Nacional de Mujeres Contra la Guerra y el Fascismo, del que será elegida Presidenta Dolores Ibárruri, y como Presidenta de Honor, Doña Catalina Salmerón; y en el que participarán mujeres de gran relevancia política como Victoria Kent, Clara Campoamor, María Martínez, Veneranda Manzano, María Teresa León y Lina Odena, entre otras. 

Meses más tarde, al producirse en Cataluña la sublevación de octubre de 1934, Lina Odena fue una de las pocas mujeres que empuñó el fusil, participando activamente en algunos combates que tuvieron lugar en la carretera de la Rabassada o en San Cugat. Al fracaso del movimiento, Lina pasó a la clandestinidad formando parte del también clandestino Socorro Rojo Internacional, siendo detenida y fichada en Barcelona por la policía en agosto de 1935.


Al mes siguiente, septiembre de 1935, Lina participó en el IV Congreso de la Internacional Juvenil Comunista (IJC) que tuvo lugar en Copenhague, formando parte de la delegación española que encabezaba Trifón Medrano y donde se produjo un importante giro político: se decide que las juventudes de comunistas se debían unir al máximo de juventudes revolucionarias para aunar esfuerzos y ganar peso. 

Consecuencia de este Congreso, cuando se inició la unificación de las juventudes comunistas con las otras juventudes revolucionarias, Lina tuvo que abandonar Cataluña reclamada por el PCE pasando a residir en Madrid.

Al convocarse las elecciones generales de febrero de 1936, que concluirán con el triunfo del Frente Popular, Lina fue encargada de acompañar a Dolores Ibárruri, "La Pasionaria", en los mítines que ésta tuvo que dar en Asturias, Madrid, Sevilla o Córdoba. Temporalmente desplazada a Barcelona, participó en las últimas conversaciones que sellaron la unificación de las juventudes marxistas y que darían lugar en abril a la Unió de Joventuts Socialistes de Catalunya (UJSC).

Al iniciarse en julio de 1936 los trabajos previos al Congreso Nacional de Unificación, con congresos provinciales que culminarían con el nacional, a Lina le correspondió Almería, por ello el 18 de julio la sorprendería allí, participando en los combates que tuvieron lugar y donde jugaron un importante papel a favor de la República la llegada de dos compañías de aviación huidas de Granada, que unos días más tarde la nombrarían delegada y representante de la unidad en el Comité local. Como símbolo de su cargo, Lina lució con orgullo, sobre su mono de miliciana, las alas de la aviación desde aquel día y hasta su muerte, tal como atestiguan sus últimas fotografías.

La columna de la que formaba parte Lina, formada por milicianos junto con los antiguos soldados de aviación o marinos procedentes de Almería, fue asignada a la toma de Guadix y más tarde a la de Motril. En aquella marcha Lina entabló amistad con Antonio Pretel, diputado comunista y jefe de otra segunda columna que tenía los mismos objetivos. Después de unos viajes relámpago a Madrid y a Barcelona, acompañada por Pretel y con la misión de reunir armas, Lina regresó al frente andaluz. También actúa como corresponsal de Mundo Obrero

El 14 de septiembre de 1936, junto al Pantano de Cubillas, cerca de Granada, el chófer del vehículo en el que viaja Lina Odena se interna por error en un control de los fascistas. Para evitar caer en manos del enemigo, Lina saca su pistola y se suicida. El cuerpo de Lina reposaba hasta hace unos años en la fosa 122, Patio de la Ermita, del cementerio de Granada, pero al no ser reclamados sus restos por nadie pasaron a engrosar un anónimo osario.

Pedro Garfias (1901-1967) le dedicó un poema, en 1938, titulado "A Lina Odena", que fue originalmente publicado en el libro Héroes del Sur (Poesías de la Guerra), Editorial Nuestro Pueblo, y posteriormente reeditado por Editorial Renacimiento, Sevilla 2001. Y dice así:

A LINA ODENA

Ni un terror en sus ojos
ni un temblor en su cuerpo.
Ante la muerte, tranquila,
tranquila y seria ante el misterio.
Bala tras bala volcó su pistola
sobre el fascismo siniestro.
Sólo una bala dejó en la pistola
para su pecho.
¡Ay, Lina Odena, tan tierna, tan niña,
y ya compañera del pueblo!
Porque eras espiga en el campo,
porque eras suspiro en el viento,
porque eras espuma en el mar
y rayo de luz en el cielo
¡ay, Lina Odena, se quejan y lloran
la tierra y el agua y el aire y el fuego!
Lina Odena, tan tierna, tan niña,
¡y ya compañera del pueblo!


                                     



FUENTES: Biografías de republicanos: "Lina Odena" por Antonio Gascón Ricao; Gran Marcha Hacia el Comunismo; Rojo y Azul; Historia Mujeres.

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